En este articulo de Trasfondo, dedicado a las razas, he decidido empezar por una de las mas antiguas, Los Necrones y sus Dioses los C'Tan. Una raza misteriosa y antiquísima, que poco a poco ha empezado a despertarse de nuevo...
Tras el salto, podéis leer el articulo
Los C’tan
Los C'Tan son dioses que se alimentan de energía y de otras razas para sobrevivir, siendo un tipo de esclavizadores. Pactaron con los Necrontyr (Necrones), una raza cuyo sol radiactivo había condenado a una vida corta. Les concedieron la inmortalidad, a cambio de su lealtad eterna, y en el proceso perdieron todo rastro de organismo orgánico, convirtiéndose en criaturas humanoides mecánicas (la forma tramposa de los C´Than de cumplir su palabra). Los C'Tan iniciaron una guerra que acabó casi por completo con los Ancestrales, los antiguos habitantes del universo, antepasados de los Eldar y que estos, en un último esfuerzo, consiguieron relegar a los C'Tan a un sueño de milenios.
En el momento en que se ambienta el juego, sólo dos de los C'Tan están activos, el Embaucador y el Portador de la Noche. Éste último estaba encerrado en el planeta Pavonis, donde fue despertado por cábala eldar oscura que deseaba conseguir la inmortalidad.
También se conoce el paradero de un tercer C'tan, El Dragón, el cual está aún dormido en Marte, mayor base del Adeptus Mechanicus. Se especula que "El Dragon" constituye la supermente enjambre que maneja a los emjambres Tiranidos. Así los tiranidos serían otra raza doblegada a la voluntad de uno de estos dioses esclavizadores.
Aquí un resumen de los cuatro C'Tan conocidos:
El Embaucador
Los mayores logros del Embaucador se sustentan en el engaño y la mentira y ha erigido su imperio de miedo mediante la manipulación y la desconfianza. Sutil y encantador, su dominio de las medias verdades y de la falsedad ha condenado planetas y ha conducido a grandes líderes a la esclavitud; y todo por mera diversión del señor del engaño. En épocas pasadas, cuando los Necrontyr todavía estaban recubiertos de carne, el resto de los C’tan aprendió a evitar la influencia del Embaucador. Solo unos pocos fueron consumidos por esta entidad en sí misma; otros fueron empujados a luchar entre ellos.
A través de los imposibles golfos del tiempo desde el momento en que la raza Necrontyr se transformó, todo su conocimiento se convirtió en polvo. Los únicos artefactos que sobrevivieron a aquella época fueron los Necrones y las monolíticas tumbas de estasis. Estos solamente conservan un resquicio de aquellos tiempos pasados y están corrompidos por una morbidez alienígena que los hace casi incomprensibles. Se dice que las leyendas eldars contienen muchos fragmentos de historias verdaderas sobre los C’tan, con oscuras referencias sobre las hazañas de Asuryan y Eldanesh, Isha y Kurnous. Pero incluso ellos reconocen que sus dioses nacieron fruto de una época de guerra en el cielo que había existido entre los Ur-folk y los Yngir y que databa del inicio de la creación. Resulta imposible distinguir verdad y mito al hablar de los C’tan, aunque, dada su naturaleza, quizá sea un error siquiera intentarlo.
De todos los denominados "dioses estelares" ("C’tan" en los antiguos escritos necrontyr, "Yngir" para los Eldars), el conocido como el Embaucador es el más astuto y caprichoso. Lo poco que se conoce de él indica que incluso los Necrontyr sabían muy poco sobre esta entidad cuando la descubrieron y pronunciaron las palabras de duración eónica que su disipada forma podía percibir. Se dice que su manifestación fue causa de gran alegría entre los Necrontyr, impactados por su transición fluida a una forma terrenal y la facilidad con la que se había adaptado al reino material. Primero le llamaron Mephet’ran, el Mensajero, pues creyeron que era un puente entre su raza y el resto de dioses estelares.
Mientras los C´tan empezaban a reunir seguidores y adeptos, el Mensajero pronto superó al resto. Los dioses estelares parecían demasiado distantes e inspiraban miedo a muchos Necrontyr, pero Mephet’ran se aparecía con formas que ellos conocían y podían entender. Quizá se debía a que nunca había llegado a ser tan poderoso como los otros C´tan y utilizaba su astucia y habilidad para asegurarse el futuro. Existen indicios de que muchos Necrontyr se convirtieron en sus esclavos por propia voluntad, pero el Mensajero los envió a servir a otros dioses, quizá temeroso de la envidia que podía provocar su poder cada vez mayor. El Mensajero alimentó el odio de los Necrontyr por los Ancestrales y los condujo a una guerra que devastaría la galaxia.
Por todos es sabido que, mientras se preparaban las líneas de batalla, el increíble poder de los C’tan significó un gran regalo para los Necrontyr. La corta vida de su raza, enferma de una existencia incierta, obtendría la inmortalidad, pero a un exorbitante precio.
Consagrándose a los dioses estelares, los Necrontyr serían consumidos y luego resurgirían. Sus mentes serían introducidas en máquinas de metal orgánico, como las de sus propios dioses, y así, liberados de su baja esperanza de vida, podrían llevar a cabo su venganza contra los Ancestrales durante milenios sin miedos ni dudas.
Así lo proclamó el Mensajero; pero, a pesar de sus palabras melifluas, los Necrontyr mostraron sus dudas ante esta perspectiva. Los que aún no se habían rendido a los dioses fueron sometidos por los que sí lo habían hecho, pero no pudieron ser persuadidos para cometer tal acto de fe. Fue en este momento cuando el Embaucador mostró su verdadero rostro para sumir a los incrédulos en el camino de la fe mediante promesas de reflexión y compromiso. Se vieron superados por los creyentes y forzados a aceptar su destino final. Entonces, los creyentes se sumaron a las relucientes filas de máquinas no vivas y la raza Necrontyr fue purgada y se convirtió en los actuales Necrones, condenados a servir eternamente.
Mientras los C’tan obtenían el poder, se dice que el Embaucador fue el primero en predisponer a unos contra otros, puesto que las cosechas de poblaciones crecían poco y sin fuerza. Conducidos primero por la valentía y después por la desesperación, los C’tan lucharon con una total indiferencia hacia sus esclavos, que perecieron a millones, y consumieron sistemas estelares enteros. En una vorágine de pactos y traiciones, el Embaucador engañó y consumió a varios de sus seguidores, a los que declaró el mejor de todos los festines. Pero el Embaucador continuaba siendo el más débil de los C’tan y siempre debía tener cuidado de evitar a los más poderosos.
Las leyendas Eldars cuentan que el paraíso creado por los Ancestrales había sido destruido durante las guerras con los Yngir. Para cuando los Ancestrales estuvieron preparados para contraatacar con eficacia, solo quedaban cuatro deidades C’tan y la vida casi se había extinguido en toda la galaxia. La leyenda habla de que el Dios Chacal ayudaba y traicionaba a ambos bandos por igual y que siempre se mantenía a distancia del conflicto para poder sacar ventajas de cualquier oportunidad o debilidad. Cuando ambos bandos fueron conscientes de las maquinaciones del Embaucador, este empleó todo un abanico de personificaciones y formas falsas con las que esconder su presencia.
Las dudas y desconfianzas sembradas por el Embaucador entre las razas jóvenes contribuyeron más a la causa de los dioses estelares que todas las legiones y flotas de la galaxia. Cuando los C’tan abandonaron su último gran trabajo y se refugiaron en la seguridad de sus mundos necrópolis ante el apocalipsis que se avecinaba, el Embaucador fue el último en partir. Ahora que la larga búsqueda de mejores condiciones de vida ha hecho reemerger a las terribles majestades estelares, Mephet’ran ha sido el primero en volver.
El Embaucador ha pasado milenios en la galaxia buscando seguidores e interfiriendo sus acciones con la intención de perturbar a los de su raza. Nuevamente, el Mensajero cuenta con seguidores vivos entre los Adeptus Mechanicus y con ellos ha logrado reunir a muchos parias a los que ha convertido en sus nuevos esclavos. Incluso ha tenido éxito al localizar los potentes Talismanes de Vaul, armas muy poderosas forjadas por los Eldars antes de la Caída con las que destruir a los C’tan si volvían a despertar.
Mediante sutiles maquinaciones, el Embaucador ha destruido la mayoría de estos terribles artefactos y ha puesto los demás permanentemente fuera del alcance de los Videntes. La guerra que tuvo lugar para lograr este objetivo provocó la destrucción de todo un sector que englobaba cientos de planetas y sistemas estelares enteros, una destrucción de una magnitud como nunca se había visto desde la Guerra Celestial. El sufrimiento sin límite causado no significa nada para el Embaucador; sería capaz de destruir el Sector Gótico mil veces con tal de lograr sus objetivos. En épocas recientes, el Embaucador ha comunicado que necesita al resto de dioses estelares en el caso de que los C’tan deseen reafirmar su reinado una vez más. El legado de los Ancestrales persiste y las que antaño fueran razas esclavas deben ahora ser metidas en vereda.
El Portador de la Noche
El Portador de la Noche es la encarnación de la muerte, un dios sádico con poder para deshacer las estrellas. Se recrea causando daño y sufrimiento no solo para alimentarse, sino simplemente porque tiene poder para hacerlo. Su mirada resulta mortífera y su poderosa guadaña se ha deleitado con la muerte de civilizaciones. Con una nave imbuida de su poder, el Portador de la Noche ha destruido sistemas estelares enteros por capricho y se ha regocijado con las incontables y agónicas muertes de billones de seres vivos.
Con la extinción de la raza Necrontyr, mucho de lo que se conocía de los dioses estelares se convirtió en mitología, aunque el conocimiento del Portador de la Noche ha permanecido latente en cada raza desde aquella época. La guerra entre los Ancestrales y los C’tan desencadenó fuerzas más allá de todo entendimiento y el sufrimiento causado a las razas más antiguas no puede comprenderse del todo. De todos los dioses estelares, el Portador de la Noche es el más antiguo y el que más daño ha causado en la galaxia, pues enseguida descubrió que el terror y la angustia se encontraban entre los manjares más apetitosos.
La propia estrella bajo la que los Necrontyr vivían sus cortas y mórbidas vidas dio origen al Portador de la Noche, una energía tan grande como la de un sol. En su búsqueda de un arma con la que derrotar a los Ancestrales, los Necrontyr se volvieron hacia la mística energía coalescente que se alimentaba de la fotosfera de su estrella. El primero de los C’tan en manifestarse mediante el incorpóreo puente estelar fue el Portador de la Noche, que trajo consigo la maldición que había perseguido a la raza Necrontyr desde su nacimiento. Después de tanto tiempo alimentándose del nutritivo pero insípido poder de las estrellas, el Portador de la Noche encontró mucho más de su agrado las delicias epicúreas de la ira y el miedo de los Necrontyr, así que destruyó a aquellos que le habían dado la vida alimentándose de la esencia de su terror y su sufrimiento. Su apetito no tenía límite y solo mediante plegarias desesperadas los Necrontyr pudieron convencer a la criatura que habían convocado de que existían otras razas más allá de su mundo de las que podría alimentarse, innumerables especies que destruir.
Poco después, los Necrontyr despertaron los poderes de muchos más dioses estelares y se convirtieron en sus servidores en la guerra contra los Ancestrales. Como el resto de dioses estelares, el Portador de la Noche buscó adoradores y esclavos, aunque muchos de sus servidores pronto descendieron al abismo de la locura, pues eran incapaces de soportar las terribles y sangrientas visiones que comportaba su simple presencia. Acostumbrado como estaba a una dieta de masacres, nada más podía satisfacer su hambre, así que el Portador de la Noche pronto se embarcó en la guerra contra los Ancestrales sembrando la destrucción en regiones enteras del espacio en nombre de su monstruoso apetito.
La guerra contra los Ancestrales resultó un conflicto como nunca antes había conocido la galaxia y que esta aún tendría que soportar otra vez, con ambas fuerzas poseyendo el poder de la creación en la palma de sus manos. A medida que la lucha se intensificaba y la escala de destrucción aumentaba, el Portador de la Noche olvidó cuál era la causa por la que luchaba, contento de poder destruir y alimentarse a voluntad. El Portador utilizó sus poderes para llegar hasta las mentes de las razas jóvenes y plantar las semillas de sus miedos más oscuros, alimentándose así de todas las especies cuya existencia estuviera bañada por el temor a la muerte y la mortalidad. Al final, el Embaucador llevó la perdición al Portador de la Noche cuando lo convenció de que los festines más suculentos eran las energías vivas de sus compañeros C’tan. Así empezó un reinado de asesinatos en el que el Portador de la Noche reunía todos sus poderes para destinarlos a cazar y consumir a sus compañeros dioses. Mientras los C’tan luchaban entre ellos, otros siguieron el ejemplo del Portador de la Noche y empezaron a devorarse entre sí, pero ninguno pudo igualar la magnitud de sus masacres.
Cuando los Ancestrales contraatacaron, el Portador de la Noche se había dado un festín con la mayoría de los C’tan y ya solo quedaban cuatro. La anarquía provocada por el contraataque de los Ancestrales y la plaga de los Esclavizadores (criaturas de la Disformidad capaces de usar como marionetas a los psíquicos, que acabaron con los últimos Ancestrales) obligó a los C’tan supervivientes a abandonar su última gran obra y retirarse a sus tumbas de estasis. Un miedo primordial hacia el Portador de la Noche se había extendido en la psique de muchas más razas de las que nunca podría haberse alimentado, pero no le importaba. Se había convertido en la personificación de la muerte en la memoria colectiva de cada raza y el terror a la muerte era el regalo que hacía a la galaxia. Los Eldars lo conocían como Kaelis Ra, el Destructor de la Luz, mientras que para la incipiente raza humana era simplemente el Segador. De todas las razas jóvenes, sólo los Krork escaparon del apetito del Portador de la Noche, quedando así su raza libre del miedo a la muerte.
Mientras el Portador de la Noche se preparaba para comenzar su largo sueño, las últimas maquinaciones del Embaucador salieron a la luz. Había revelado a sus enemigos la localización del mundo necrópolis del Portador de la Noche y una armada de naves alienígenas intentó destruir al dios de la muerte antes de que pudiese escapar a su tumba de estasis. No lograron su objetivo, pero mandaron el arma más potente del Portador de la Noche al Inmaterium, un reino que se considera una maldición para los dioses estelares, evitando así que acumulara las vastas cantidades de energía que requería para poder sobrevivir a su sepultura.
Sin embargo, el Portador de la Noche simplemente permitió que sus seguidores perecieran mientras subsistía gracias a los escasos bocados que ya había tomado. Los milenios pasaron y el Portador de la Noche estuvo al borde de la extinción, puesto que sus reservas de energía apenas eran suficientes para mantenerlo con vida. Pero, gracias a la intervención de una de las razas jóvenes, el Portador de la Noche pudo obtener la energía necesaria para despertar. Aunque debilitado debido a su largo sueño, logró escapar de su tumba en el planeta Pavonis y saltó al espacio para alimentarse en las estrellas y hacerse fuerte una vez más.
El Dragón del Vacío
Se supone uno de los mas poderosos C'Tan. Fue aprisionado por el Emperador bajo el Noctis Labyrinth, en Marte, mayor base del Adeptus Mechanicus.
Las primeras menciones al Dragón del Vacío lo relacionan con la tecnología de una forma que indicaría que poseía una increíble afinidad y habilidad para controlarla. En una transcripción de una Vox-comunicación entre el Inquisidor Horst y el Tecnosacerdote Alagos, el Dragón es mencionado como el más poderoso de los dioses estelares y que tenía la capacidad de crear guerreros casi invencibles. Asimismo, se menciona que los guerreros podían canalizar relámpagos hacia sus enemigos, algo que quizás estuviera relacionado con el campo de rayos del Líder Necrón, aunque la impresión que da el texto es que tendría un uso más extendido, quizás haciendo del campo de rayos algo estándar, de una forma similar al campo de disrupción. Los Necrones de entonces, aunque mucho más poderosos que los emergidos recientemente, fueron detenidos por una fuerza de guerreros Eldar conocidos como los “Caballeros de Hierro”, o simplemente “Caballeros”, potenciados por las almas de Eldars difuntos. Esto sucedió antes del nacimiento de Slaanesh, por lo que las almas de los Eldars no serían consumidas, aunque a dónde iban no está claro.
Parece ser que los artefactos Eldar eran inmunes a los rayos de energía de los Necrones, lo que indicaría que estos Necrones no estaban armados con las conocidas armas Gauss, quizás una modificación posterior hecha tras estas batallas. Es posible que estos Caballeros de Hierro estén de alguna forma conectados con la antigua Guardia Espectral, puesto que guardan un notable parecido con ellos. También estaban dirigidos por Gigantes-Espectro, probablemente relacionados con los Señores Espectrales, una vez más muy similares. Se dice que muchas oleadas de Necrones fueron enviadas en su contra, pero ninguno pudo vencer a los Caballeros de Hierro, casi invencibles como eran.
En el tiempo ganado con el uso de los Caballeros de Hierro, el dios Eldar de la Forja, Vaul, creó los Talismanes de Vaul, o las Fortalezas de Piedra Negra, como se los conoce en el Imperio. Estos también estaban potenciados por las almas de Videntes Eldar, y fueron usados por Vaul para atacar al Dragón del Vacío. Aquí la leyenda Eldar termina, y hay pocos datos sobre el resultado, aparte de la propia opinión del Inquisidor, que consideraba que el ataque había fallado.
Actualmente, se cree encerrado en una Esfera Dyson.
Esta es la mayor parte de la información disponible, que da al Dragón un carácter misterioso:
Traducción de un artefacto Eldar:
Sólo menciona brevemente al Dragón del Vacío, indicando que “la luna-Vaul hará nacer al Dragón”. Es posible que el término “luna-Vaul” se refiera a Marte, o a otro Mundo-forja.
Interrogatorio del Tecnoadepto Uvochi:
Recoge la localización del Dragón en Marte, específicamente en el Laberinto Noctis, un área visitada por cinco cruceros ligeros Necrones clase Sudario. Aunque solo uno aterrizó exitosamente en la superficie de Marte, cada una de las naves sobrevivió alarmantemente bien, incluso contra las mayores defensas del Imperio, hasta que todos fueron finalmente vaporizados.
Características distintivas del Dragón del Vacío:
- Puede tener su base en Marte.
- Puede que sea adorado por algunos de los Adeptus Mechanicus como el Dios-Máquina.
- Puede estar alimentándose para poder regresar con todo su poder.
- Controla y consume a sus víctimas lentamente mediante el uso de implantes tecnológicos.
- Puede que sea capaz de controlar tecnología a grandes distancias.
El Extraño
El Extraño o El Loco (o El De Fuera, traduciendo literalmente el inglés) tiene incluso menos historia escrita que el Dragón del Vacío. Toma parte en una de las interpretaciones de la causa de las guerras entre los C’tan. Se dice que el Dios Que Ríe de los Arlequines engañó al Extraño para que consumiera a su propio hermano C’tan. También se dice que el Extraño, una vez engañado, estaba deseoso de consumir otros C’tan para lograr su ascensión al poder, pero algunos de los que devoró permanecieron vivos en su interior, volviéndole loco. Tenía también una presencia infernal, y causaba la locura a todos los que se le acercaran, haciendo que muchos se suicidaran antes que tener que enfrentarse al Extraño.
El Extraño comparte algunas características similares con el Portador de la Noche, como que mirarle producía terror, algo muy parecido a la infusión de terror del Portador de Terror en las razas jóvenes creadas por los Ancestrales. Asimismo, otra fuente es una danza de los Arlequines sobre el preciso momento en que el Dios Que Ríe engañó a los C’tan para que se consumieran entre ellos, aunque en este caso el C’tan engañado es definitivamente el Portador de la Noche. Estos parecidos no están respaldados específicamente por ninguna información del trasfondo y por lo tanto es improbable que sean el mismo, y hay fuentes que muestran muchas diferencias entre los dos.
Historia reciente:
El Extraño aún tiene que regresar en una forma reconocible. Estas son las referencias más importantes que se conocen hasta ahora:
Traducción de un artefacto Eldar:
El artefacto solo tiene una mención al Extraño: “El Que Está Fuera será atraído a la cosecha”. Implicaría que es llamado así porque está físicamente fuera de algo, posiblemente la galaxia.
Información deducida de un Arlequín Vidente de Sombras llamado Morilla:
Este artículo da un resumen del comienzo de la guerra entre los C’tan, afirmando que fue el Dios Que Ríe quien convenció al Extraño para que consumiera a los otros C’tan. También da información sobre el odio de los Arlequines hacia el Extraño así como la completa locura de éste.
Vidente Maechu de Ulthwé:
Este texto da una breve descripción de los dominios del Extraño, posiblemente incluso de su mente. Habla de geometrías invertidas y de un laberinto ilógico. También relata cómo capturaba sus “cosechas” y las volvía locas pero les permitía conservar una pizca de esperanza, incrementando así su tortura. Asimismo, sus presas no pueden escapar de su reino.
Ex-Adepto Cortswain:
La conversación entre el ex-Adepto Cortswain y el Tecnoadepto Phineus podría ser una indicación sobre el Extraño. Cortswain menciona a “Aquel que vive Más Allá, el Señor de la Locura.” Además, el incidente de los Skitarii (tropas del Adeptus Mechanicus) volviéndose locos y matándose entre ellos en actos de locura extrema encaja más con el Extraño que con cualquier otro C’tan.
Características distintivas del Extraño:
- Enloquecido.
- Empuja a los demás a la locura y la muerte.
- Algunos aspectos en él son similares a los del Portador de la Noche.
Los Necrontyr o Necrones
Los Necrones son una raza alienígena ancestral de un tiempo anterior a los Eldar, que supera todo lo imaginable y que acaba de despertar de su estado latente para dominar a los seres vivos de nuevo. Miles de guerreros inmortales y carentes de alma se han alzado de sus polvorientas tumbas de estasis en un intento de devorar las innumerables especies que habitan la galaxia. Su milagrosa tecnología estaba mucho más avanzada que cualquier otra de la actualidad mucho antes de que los Eldars, reconocidos como la más ancestral entre las razas, llegaran siquiera a existir. Aunque el Imperio de la Humanidad tiene un conocimiento relativamente reciente de la reaparición de los Necrones, la verdad es que sus monstruosos dioses destruían estrellas colosales mucho antes de la creación de los propios planetas.
Hace eones, los Necrones fueron conocidos como la orgullosa raza de los Necrontyr. Fueron una raza cuya fría ciencia consiguió grandes milagros en una era anterior a la existencia de vida en la Tierra. Eran seres de corta vida que temían quedar en el olvido en la inmensidad de la galaxia. Por lo tanto invirtieron todos sus esfuerzos en desarrollar su ciencia para poder alargarla un poco más, sin embargo esto no tuvo resultados. En su desesperación descubrieron una serie de entidades que se alimentaban de la energía de las estrellas. Llamaron a estos seres los Dioses Estrella o los C'tan. Estos dioses les ofrecieron a los Necrontyr la vida eterna, pero a cambio de un alto precio. Su raza fue purgada de sus cuerpos mortales y transferida a los fríos caparazones metalicos en los cuales tienen un único propósito: servir a sus maestros omnipresentes. Su vínculo ineludible con la maquiavélica voluntad de sus deidades ancestrales les garantiza, a cambio de su servicio, la inmortalidad. En la retaguardia de sus ejércitos podemos distinguir a los líderes necrones con sus sudarios raídos flotando en una especie de brisa sobrenatural mientras, en un silencio sepulcral, ordenan avanzar a sus guerreros esqueléticos. Junto a ellos marchan extravagantes monstruosidades y máquinas de guerra tan rápidas como el mercurio y absolutamente letales, algunas de ellas tan poderosas e inevitables como la propia muerte. Los Necrones se caracterizan por atacar sin previo aviso, devorar a su presa y desaparecer sin dejar rastro. Se desconoce el propósito de estos ataques, pero su devastadora efectividad está fuera de toda duda.
Los Necrones no hacen pactos con ninguna otra especie sea del tipo que sea. Para ellos, cada población es un objetivo que cosechar para así cumplir la voluntad de sus maestros. Para sus dioses, razas como la humana son mero ganado, presas que sirven para saciar su ansia inagotable o, como mucho, un camino hacia sus guerras de aniquilación. La amenaza de la expansión de los Necrones aumenta cada año que pasa y, en poco tiempo, alcanzará proporciones catastróficas. Podría significar la condena de la Humanidad, pues la semilla de la amenaza de los Necrones se extiende como un cáncer en el corazón del propio Imperio.
Los Necrones han resucitado gracias a los C´tan, los dioses que les han dado la vida eterna. Actualmente solo quedan en pie dos de los cuatro C´tan conocidos, El Embaucador y El Portador de la Noche. Los ejercitos necrones se componen de una variedad de tropas: Guerreros, Inmortales, Parias, Desolladores, Destructores ligeros o pesados, Arañas y sus enjambres de escarabajos, Espectros todos ellos comandados por un Lider Necron. En ocasiones también incluyen monolitos, una maquina de matar que combina las propiedades de un transporte aereo, un destructor armado y la de un simbolo de poder necron. A traves de el los necrones se transportan al campo de batalla y tambien siembra la muerte entre sus enemigos. Todas las armas necronas disparan gauss, armas que en cuestion de segundos reducen a sus enemigos a átomos. Los daculus son el arma de elite para el combate cuerpo a cuerpo, y lo suelen portar los parias y algunos lideres.
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